27 octubre 2011
22 octubre 2011
15 octubre 2011
Ilustraciones para la Consellería de Sanidad en la feria Formaempleo
13 octubre 2011
Cuando un pintor
trabaja, su tiempo y el resto de las cosas que le rodean se detienen y
distancian, y es justo por ello que, cuando una persona cualquiera se detiene
ante su obra, experimenta esa misma lejanía entre lo que está ocupando su mente
y la obra que contempla.
Esta obra establece,
mágica, un confortante espacio no visible entre todo aquello que le perturba y
lo que está observando. Es en este momento cuando cuerpo y alma se detienen, se
abrazan y dejan de buscar.
Esto
es una “atmósfera habitable”, la aportación modesta y silenciosa del pintor con
su obra, ayudando a redimensionar y relativizar aquellas cosas que dos minutos
antes parecían difíciles.
De la unión entre el
alma del pintor y el alma de lo que pinta también surgen constantemente atmósferas
habitables que se expanden, conviven y se relacionan amorosamente entre ellas y
con el observador, que descansa.
A ese intercambio de
beneficios alude esta exposición, y no sólo, también la propia vida.
Por lo tanto, Arte es
Amor, Amor a lo invisible, a los demás y a uno mismo. Arte es don, es regalo, y
los regalos no se atesoran, se regalan de nuevo, como parte de una cadena, que
no debe detenerse.
Raquel
Sáez Fliquete
Suscribirse a:
Entradas (Atom)